En esta noche,
guardaré tu mirada entre mis sueños, sin olvidar tu bella sonrisa que se
expresaba a cada momento de nuestra conversación, ¡y como olvidar el perfume
que vestía tu esencia de mujer! No pretendía buscarte, pero te encontré, y sin
razón alguna, ahora mi corazón guarda la dulce esencia de tu mirada; ahí, donde
habita la belleza marcada de tus sentimientos.
Luis Lczal
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