A veces cuando llegan circunstancias inesperadas que no
deseamos en nuestra vida, pensamos que estamos solos, que no tenemos en quien
apoyarnos y más aún cuando no somos escuchados, existe un vacío en nuestra vida
donde el alma se encuentra en un conflicto y nuestros pensamientos no
encuentran salida, pensamos que no somos merecedores de nada y la realidad es
que es así, pero eso no depende de nosotros que nos merecemos y que no, y en
estas circunstancias inesperadas nos hacen también alejar de nuestra fe, empezamos
por querer lograr las cosas por nosotros mismos y por nuestras propias fuerzas
en que todo resulte bien, y en lugar de eso, se complica más; lo cierto, es que
solos no podemos, necesitamos quien nos socorra, quien nos ayude, pero sólo
puede suceder si nosotros accedemos que nos ayuden, pero sobre todo si dejamos
que Dios tome el control de nuestra vida aún en esas circunstancias
inesperadas, habrá paz en nuestro corazón. No dejemos que nos afecte aquello
que nos enoja, aquello que nos inquieta y nos roba la paz y más cuando nos
aleja de nuestra relación con Dios. Quiero decirte que cuentas conmigo para escucharte o si sólo deseas que te de un abrazo.
Luis Lczal